lunes, 15 de diciembre de 2014

Revelación

Dediqué un rato
                        –cinco minutos
                        o tres milenios: lo mismo es–
a admirar la inmensa belleza
                                       de la catedral.

Se me ocurrió que no era
la estatura de los dioses
lo que conmemoraban
tal belleza y tamaño,
sino la pequeñez de los hombres.

Luego recaí en que no fueron dioses

sino hombres

los que la levantaron de la tierra.


Plaza de Anaya, Salamanca, 15 de diciembre de 2014



martes, 9 de diciembre de 2014

Los amantes torpes

Dicen que la palabra Roma al revés
esconde el amor,
pero busco:

ɐɯoɹ


y no lo encuentro.



La última poesía (27 de agosto de 2013)


I.

Se me ocurre que, 
tal vez y sólo tal vez,
aquí donde nos encontramos
sea mi tarea entre las tareas,
mi fin último y primero
aún cuando desconocido
rescatarte, ponerte letra,
establecer la vida exacta;
evitar que te marchites sin impregnar 
el mundo con tu luz inédita
y preciosa:

salvarte
para salvar al mundo
           de tu ausencia.

II.

Se me ocurre que
la poesía vive independientemente
de los hombres,
                         pero muda.

Se me ocurre que
los hombres viven independientemente
de la poesía,
                         pero callados.



Exterior

He mirado fuera
y todo sigue igual que siempre,

esto es,
               cambiante.



No era eso

Míranos,
algunos años después –no tantos–
de aquel amor que nos quemaba en los ojos
demandando amar de golpe todo lo que nunca amamos,
ver de golpe todo lo que nunca vimos
y que hoy, algunos años después –no tantos–,
puedo confirmar que nunca veríamos:
                                                            todo llega.

Acostumbrados a creer que El Amor
era aquella fe que un día acariciamos,
estuvimos tan equivocados como quien cree
que la vida es toda infancia.

Me doy cuenta ahora:

No era aquella certeza el amor,



                                                  era la duda.